¡Hasta siempre, Fidel!
El pasado domingo 4 de diciembre, durante la celebración de un acto por el 80 aniversario de las Brigadas Internacionales y coincidiendo con el funeral de Fidel Castro, quisimos pronunciar unas palabras en homenaje al líder de la revolución popular cubana.
Queremos compartirlas aquí con vosotros:
Dicen que la memoria de Fidel Castro era prodigiosamente fotográfica. Quizás por eso, nunca perdió la perspectiva de que Cuba venía de una durísima descolonización, para pasar a una agresiva injerencia, un constante asedio.
Tal vez por eso tenía bien presente la historia, las claras lecciones que nos ha dado sobre qué nos ha mantenido ocupados durante siglos. Una continua lucha entre opresores y oprimidos, entre los pocos y los muchos, entre quienes tienen el poder y el privilegio, y los que no tienen nada de eso.
Entre los de abajo, la historia nos ha dado unos pocos que han resultado, cuando menos, molestos para los de arriba.Buena parte de los que esta semana han celebrado la muerte de Fidel, son aquellos que se pusieron del lado de los poderosos. Los que defendieron la codicia, el egoísmo y el individualismo, frente a la generosidad, la colectividad y la solidaridad.
Quizá por eso Castro, nunca olvidó que el pueblo cubano era David contra Goliat, una mosca en la nariz. Una vez tomadas las riendas de su tierra, supo mantenerlas con constancia, no dejar grieta indefensa frente imperio.
“Con la Revolución todo, contra la Revolución nada”.
No podemos juzgar la revolución fuera de la revolución, no se puede mirar por encima del hombro desde el punto de vista europeo, la situación no es la misma. Hay que descartar ese pensamiento neocolonial de decir lo que tienen que ser el resto de los países. Algunas cosas las hicieron mejor y otras peor.
Cuba vive en estado de excepción. La revolución se defiende a través del nacionalismo radical, sin fisuras hacia afuera. Y sólo desde dentro se discuten sus contradicciones. El cambio no vendrá hasta que no desaparezca la injerencia.“Condenadme, no importa, la historia me absolverá”.
La resistencia de Castro y el pueblo cubano no dejó a EEUU otra vía que la guerra económica, la directa agresión bélica, la intriga terrorista, la sistemática difamación, la demonización, la tergiversación de la historia.
Noam Chomsky hablaba esta misma semana sobre Cuba:
-“Durante décadas, el pueblo estadounidense ha expresado su apoyo al restablecimiento de las relaciones con Cuba. Pero el gobierno les ha ignorado, algo que no es democrático, pero sí usual.
También las grandes corporaciones se han pronunciado en el mismo sentido, y del mismo modo han sido ignoradas. Esto sí que no es usual, ya que la política exterior de EEUU se basa en defender sus intereses comerciales. Menos sentido tiene aún, si se tienen en cuenta la desproporcionada cantidad de recursos económicos invertidos en vigilar que nadie rompiera el embargo, vigilando constantemente vías aéreas y marítimas…
El gobierno actúa como un capo de la mafia, controlando a sus miembros sin permitir el mínimo desvío de comportamiento. Fidel quiso controlar el destino de su pueblo, se atrevió a no resignarse al dominio, y eso es algo que un capo no puede permitir, no vaya a ser que a otros les diera por seguir su ejemplo.”-
“Los hombres pasan, los pueblos quedan; los hombres pasan, las ideas quedan”.
Pasó Fidel, quedó el pueblo cubano; pasó el hombre, las ideas quedaron.
¡Hasta siempre comandante!
La revolución sobrevive, que no es poco. Castro deja a su pueblo y a otros pueblos ese legado. Ahora es tarea de otros reinventar la revolución y evitar una transición al capitalismo. Es hora de más libertades, de una nueva revolución desde dentro.
Fidel Castro no sólo lideró la revolución cubana, también ayudó a otros pueblos a hacerse con sus propios destinos (Argel, Etiopía, Angola, Mozambique, Sudáfrica…), ya fuera frente al colonialismo o ante el fascismo. Si la guerra civil hubiera ocurrido a partir de los 60, el comandante hubiese formado parte de las Brigadas Internacionales.
¡Hasta la victoria siempre!